17 de octubre de 2010

No sé quién quiero que esté leyendo esto.
Se me conjuga el pasado que no fue, con un presente en cursiva. Se mezclan las ganas que tuve de remecerte contra la pared y preguntarte porqué no (nos) hacíamos. Y el hoy convierte esa agitación en una confrontación con demasiados riesgos, como para ser un buen plan. Porque enfrentémoslo; la vida regenera la adolescencia como eso, un caudal de pasiones y de dudas.
Tal vez debería pensar que es más de lo mismo y dejarte en el lugar del tal vez, pero cada vez, al verte, me inunda esa imagen pasada que no pude responder.
Quizás es por eso que hoy me estás leyendo.
Mi propia foto de cobardía.

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